No es muy habitual que escriba en clave de humor o sarcasmo, aunque he de confesar es algo que me gustaría hacer más a menudo. Por esta razón, y al ver las reacciones leyendo comentarios, me he animado a hacer algunos apuntes sobre él en esta entrada de blog.

En el vídeo, no estoy haciendo burla de los llamados creepypastas, ni tampoco de la inventiva de quienes, bien de forma individual o colectiva, los crean y pulen. De hecho, en mi canal he hecho narraciones de este tipo de historias: las disfruto, me gustan y me parecen una forma de expresión muy atractiva.

Tampoco estoy haciendo burla de Dross ni de los temas que él escoja para realizar sus vídeos. En absoluto. Aunque lo que detonó realizar este vídeo sí tiene que ver con Dross. En breve explicaré el porqué.

El tema de los backrooms, hasta donde tengo conocimiento, ha estado surgiendo de 4chan durante las últimas semanas, concretamente del board Paranormal, también conocido como /x/. Antes de que Dross publicase su vídeo sobre este tema, yo ya seguía los hilos con bastante interés desde que empezaron a salir (soy lurker habitual). Lo que llamó mi atención es que el tema de los backrooms maneja conceptos muy interesantes que a mí me fascinan, ya que tienen una dimensión junguiana más o menos marcada (me gusta mucho Carl Jung). De hecho, pensé que sería una buena idea hacer un vídeo donde poner en relieve esa relación entre las ideas de Jung y el tema de los backrooms, pero pronto la rechacé porque ya llevo un tiempo desarrollando otra idea que considero mucho más interesante, que también tiene que ver con Jung, y que verá la luz en un futuro.

Como dije antes, lo que me llevó a realizar este vídeo tiene que ver con Dross porque, al ver su vídeo, me hizo mucha gracia la traducción que el mismo le dio a la palabra backroom. Esto es así, principalmente, porque cuando escuché la expresión “cuartos traseros”, lo que se me vino a la cabeza fue lo que me imagino también se le habrá venido a la mente a muchas otras personas: el cuarto trasero de un animal. En este contexto de terror cósmico, no pude evitar reír, y ese fue el detonante. A partir de ahí empezaron a surgir chorradas en mi mente y las fui plasmando en papel, hasta que finalmente escribí el guion y creé el vídeo.

Y aquí es donde llega la parte que creo ha pasado muy desapercibida (aunque también es intencional): el tema de los backrooms y la traducción de Dross no es más que un vehículo para hacer crítica, burla o sátira de algunos temas que llevo un tiempo queriendo expresar y plasmar en alguno de mis vídeos de manera más libre y directa, algo que, quizá, repita en el futuro.

Vivimos en unos momentos de la Historia en los que, aunque muchos no puedan o quieran verlo, para aquellos que prestamos atención se hace cada vez más evidente que la libertad de expresión se está convirtiendo, paulatinamente, en objeto de redefinición y constricción. Según las ideas que uno se haya formado, la expresión de cualquier tipo (en este caso la del humor, la crítica o la sátira) se ve obligada a ser canalizada de un modo más críptico y sutil para que la extremada sensibilidad de la rabiosa policía del pensamiento, la cual toma muchas formas y agentes en nuestra sociedad occidental, no apriete su sensible gatillo de viciosos ataques personales en contra de aquellos que no comparten sus formas de ver y analizar la realidad social, política o de cualquier otro ámbito. Por otro lado, considero que el humor sutil es más elegante, y trato de que sea así siempre que expreso el mío.